Asociación Cultural Hijos de La Vereda

Bienvenidos a este blog sobre La Vereda, Matallana y El Vado, pueblos de la provincia castellana de Guadalajara.



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jueves, 21 de junio de 2012

ANDRÉS PÉREZ ARRIBAS, SACERDOTE, CRONISTA DE LAS FIESTAS DE LA VEREDA DE 1950


D. Andrés Pérez Arribas, nacido en Valdepeñas de la Sierra en 1921,  fue sacerdote de Campillo de Ranas y de los pueblos de la zona como La Vereda y Matallana en 1950. Colaborador de varias revistas culturales de Guadalajara, es autor de varios libros sobre temas artísticos y etnográficos (http://www.aache.com/alcarrians/perezarribas.htm). Entre ellos se encuentra  el libro "Viaje por la Serranía de Guadalajara", en el que cuenta sus experiencias como sacerdote y viajero por los pueblos de  la sierra durante la segunda mitad del siglo XX.
Entre sus páginas entresacamos una cariñosa descripción de como eran las fiestas en La Vereda en 1950:

"La Vereda no ofrece ahora, en el año 1974, más que recuerdos nostálgicos. Está despoblada desde el año 1970. Sin embargo ha mejorado el camino que nos lleva al caserío. Es una pista forestal por donde puede irse con coche pero con precauciones.
....

El año 1950 les celebré la Fiesta de San Pedro que es titular de la Parroquia y patrón del pueblo. En la Misa habíamos estado varios días intentando enseñar  a las chicas alguna canción de la Virgen. Recuerdo que era  la de la Virgen de Fátima: Del cielo ha bajado la Madre de Dios...Como en la palabra bajado la música hacía una inflexión de alto a bajo, no fuimos capaces de salir de allí.

Al final los cánticos de la procesión fueron cantados por mí. Delante del Santo un señor llevaba una vara con gajos y en cada gajo un manojo de rosquillas rebozadas con almibar. Eran deliciosas. Luego las subastaban, el que pujara más tenía un buen postre para convidar a los amigos.

Los bailes eran sueltos y "agarraos", con un movimiento típico de los que de bailar entienden tanto como yo de aviador. Era risa verlos moverse. Los sueltos demostraban  su soltura y destreza, acostumbrados a andar y gatear por los breñales de sus montañas. En todo esto eran necesarias las guitarras  y bandurrias, acompañadas por los hierros y las carrasclas, que eran una serie de cañas de unos quince centímetros de largas haciendo como un pequeño cañizo, y con las uñas de las manos, cuanto más largas mejor, rasguear de arriba abajo al compás de los demás. El botillo, dando vueltas sin descanso, iba de boca en boca, entre los mayores, tanto hombres como mujeres. Los jóvenes y los niños lo tenían prohibido. Esto hacía que la fiesta fuera alegre y jovial dentro de la armonía y la camaradería, de un ambiente familiar."

"Viaje por la Serranía de Guadalajara" Andrés Pérez Arribas
Ed. Aache Ediciones 2001 (2ª edición)
Pág. 104-105

1 comentario:

  1. Andres tambien tiene publicado un libro sobre su pueblo, Valdepeñas de la Sierra,en la coleccion Tierra de Guadalajara de AAChe ediciones, hoy agotado y muy interesante. Un abrazo

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