El 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de la Virgen, se celebraba en El Vado a Nuestra Señora de las Angustias. Esta advocación, cuya ermita era conocida en el siglo XX por la Ermita de la Majailla (majada pequeña), debió tener gran devoción desde el siglo XVIII cuando se reedifica su ermita. En el Libro de Cuentas conservado de su Cofradía nos habla de grandes festejos, con fuegos artificiales incluidos, por la colocación de su Imagen en la ermita el año de 1757.
En el mismo Libro se indica como en su fiesta se celebraba su procesión por El Vado y nos confirma el dato, ya recogido en 1681 en Matallana, de la realización de la subasta de El Ramo. Dicho Ramo era confeccionado con rosquillas y subastado al mejor postor para conseguir fondos para la Cofradía: así se señala los años de 1757, 1767, 1768, 1851 y 1853 indicándose el ingreso por "un Ramo de rosquillas que se remató el día de la fiesta".
La importancia de esta fiesta nos la da el hecho de que en el siglo XX, no sabemos si por el deterioro de la Iglesia o por otras razones, la fiesta patronal de la Virgen Blanca se consideraba en este día del 8 de septiembre.
Visto hasta ahora el desarrollo de las fiestas de El Vado en honor a la Virgen, tanto a su patrona como a Ntra. Sra. de las Angustias, se puede considerar que estas celebraciones marcaron igualmente el modo de celebración de las fiestas de La Vereda y Matallana, que son las que se han conservado hasta 1965 de un modo más tradicional. Así, viendo el desarrollo de las fiestas de agosto en dos días, la Asunción y San Roque; la realización de una almoneda con limosnas de alimentos recogidos entre los vecinos, y la realización de el Ramo, se entiende como en La Vereda las fiestas se desarrollasen en dos días, San Pedro (29 de junio) y San Pedrillo (30 de junio), con la recogida de las rosquillas para componer el Ramo entre todos los vecinos y su subasta el segundo día de la fiesta.
Las últimas fiestas religiosas que quedan por indicar son la Solemnidad de Todos los Santos y la Pascua de Navidad. La primera de ellas era festejada en los siglos XV y XVI con gran celebración, con oficio religioso costeado por el Concejo, música de tamborilero (y dulzainero o gaitero, se supone), y con el reparto de una "caridad" de pan, vino y queso a todos los vecinos. Así se indica por ejemplo en 1597 con el gasto en "el oficio de Todos los Santos, en la caridad de las ánimas y en hacer la almoneda". En el siglo XVIII aparece en el Libro de Cuentas de la Cofradía de las Ánimas también la celebración de la "almoneda" o subasta de alimentos recogidos entre los vecinos, así como la realización de un Novenario de misas (9 misas) a cargo de dicha Cofradía de las Benditas Ánimas del Purgatorio. Parece ser que a lo largo de los siglos la organización de la fiesta fue pasando del Concejo a las Cofradías religiosas de la Iglesia de Santa María.
Y finalmente la Pascua de Navidad, celebrada con música de tamborilero y vino para los vecinos según los datos de los Libros de Cuentas Municipales conservados de los siglo XVI y XVII. Desde luego que era todo un ciclo festivo conducido por el calendario litúrgico cristiano, que conformaba la vida a todo un pueblo. Tal es que así que se mezclaba de tal modo que en algunas ocasiones, como en 1803, la autoridad eclesiástica llega a prohibir "hacer reuniones temporales y bailes en la puerta de la iglesia" de Ntra. Sra. de la Concepción, en La Vereda, suponemos que por algún exceso.
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