Uno de los aspectos principales del folklore de estas tierras castellanas fue la existencia de la "rondalla": el grupo de mozos, y alguna moza, que sin tener más conocimientos musicales que los transmitidos de padres a hijos, se atrevían a tocar guitarras, bandurrias o laúdes, acompañando los bailes y principales fiestas de los pueblos.
Estos instrumentos principales se completaban con los "yerros", botellas de anis y las propias palmas, acompañando a la voz en las coplas de jotas (y antiguamente seguidillas).
Recuperadas las fiestas de La Vereda, Matallana y El Vado en 1990, durante algunos años posteriores pudimos seguir disfrutando de esta Rondalla en las fiestas, reuniendo de nuevo a aquellas personas, ya mayores, que la compusieron en los años 60 del pasado siglo. Lamentablemente, el paso de los años, y la feroz campaña de olvido y marginación por parte de los medios de comunicación de la música tradicional castellana, que ha hecho que nuestros hijos se averguencen de la música que hacían nuestros mayores (mientras que se acepta la música tradicional de otras regiones sin problemas, como la gallega o la andaluza), dió por resultado la pérdida (esperemos que momentánea) de nuestra Rondalla.
Por lo menos, conservamos estos vídeos de aquellos años de renacimiento en la que a pesar de la avanzada edad de sus participantes, se muestra el valor etnógrafico y musical de las rondallas de estos pueblos.
Fiestas de San Juan, San Pedro y la Inmaculada en Matallana, 1993
Muy bonito reconocimiento a estas personas que tanto alegraron las fiestas de antaño, músicos que nunca fueron a un conservatorio pero que de generación en generación fueron aprendiendo lo que habian visto y oido para que nunca hubiera fiesta sin música.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta entrada.
Saludos.