La ermita de la "Majailla" (la Majadilla) o de Nuestra Señora de las Angustias, está situada en las afueras de El Vado, pegada al camino que viene de La Vereda. Todavía hoy en día se pueden ver las ruinas de lo que fuera esta sencilla ermita de forma cuadrada, con cubierta de madera a cuatro aguas y pequeño portalillo a la entrada. En su interior, altar adosado al muro y una pequeña hornacina en la que estaba situada su Imagen titular.
Segñun los Libros de Cuentas conservados de esta ermita, ésta fue reedificada por los vecinos en 1757, muy cerca de una ermita anterior. El 14 de febrero de 1767 se concede por el Arzobispado de Toledo licencia para su reconstrucción y para poder celebrar la Santa Misa en ella. El 6 de marzo del mismo año se firma el Acta de bendición de la referida ermita de Nuestra Señora de las Angustias por el presbítero D. Antonio Raphael Palao Espejo, acta que todavía se conserva.
Debió ser esta Imagen muy venerada, por las numerosas limosnas que se recogen para la construcción de la ermita y la realización del retablo por D. José Quintana, tallista de Tamajón, en la que en 1757 se colocó la imagen, todo ello con grandes festejos en los que se "vendieron rosquillas", y se realizaron hasta fuegos artificiales, como consta en la partida de "gastos de la pólbora de la colocación de la Imagen". Devoción plasmada entre los años 1765 y 1769 en el esfuerzo de los vecinos que "rozaron" unas tierras baldías en la que sembraron centeno para pagar el dorado del retablo de esta ermita, o en los varios "Ramos" de rosquillas ofrecidos a la virgen y que se subastaron en esos años para obtener ingresos, siendo uno de ellos subastado hasta dos veces para sacar mayor beneficio en el día de su fiesta.
La fiesta de Ntra. Sra. de las Angustias se celebraba el día 8 de septiembre, Natividad de la Virgen, siendo tanta esta tradición que cuando las estructuras sociales y religiosas se tambalearon durante el siglo XIX, éste fue el día elegido por los vecinos de El Vado para conservar su fiesta patronal dedicada a la Virgen Blanca, en detrimento del tradicional 15 de agosto, así como la persistente tradición de la subasta del Ramo, propio de la cultura popular de estos pueblos.
Entre los numerosos objetos comprados o donados a esta Imagen, destaca la existencia de un estandarte de la Virgen, unas andas doradas y numerosos "ramilletes de hojalata", antecedente de las flores de plástico actuales.
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