Una de las curiosidades que nos depara la historia de estos pueblos es la existencia de un notario en Matallana que ejerció durante los años 1592 y 1593.
Francisco Sanz, que así se llamaba, dispuso en esos años los testamentos, inventarios y disposiciones de los vecinos de El Vado, La Vereda y Matallana, como consta en los protocolos notariales conservados en el Archivo Histórico Provincial de Guadalajara. Destacan los testamentos y los testimonios de los albaceas de huérfanos menores de edad, en los que se indican las cuentas de los bienes que poseían y su buena administración.
Francisco Sanz, que así se llamaba, dispuso en esos años los testamentos, inventarios y disposiciones de los vecinos de El Vado, La Vereda y Matallana, como consta en los protocolos notariales conservados en el Archivo Histórico Provincial de Guadalajara. Destacan los testamentos y los testimonios de los albaceas de huérfanos menores de edad, en los que se indican las cuentas de los bienes que poseían y su buena administración.
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