Terminada la construcción de la Presa de El Vado en 1954, llegan malos tiempos para La Vereda y Matallana, anegado ya El Vado. Desde ese momento, se corta la carretera que unía directamente estos pueblos con Tamajón, a través del Puente de El Vado. El Estado, hecha la Presa, no realiza una carretera alternativa, con lo que estos pueblos quedan aislados, sin accesos ni ningún tipo de servicios. Tienen que ser los propios vecinos los que realicen penosamente una senda o camino de herradura por la que tardan unas cuatro horas en llegar hasta Tamajón.
En 1971 el Instituto para la Conservación de la Naturaleza, ICONA, ejecuta la expropiación forzosa de todo el término municipal de La Vereda, con el interés público de la realización de trabajos hidrológico forestales en la zona. En 1972 la última familia que quedaba en La Vereda abandona su casa.
Casualmente, apenas dos años después, el Estado realiza la pista forestal que facilita el acceso rodado a La Vereda, y algún tiempo después formaliza la concesión de uso y disfrute de los edificios de La Vereda y Matallana a una serie de personas físicas ajenas a dichos pueblos.
Pues que casualidad lo de la pista forestal. Vamos que lo de la corrupción no es de ahora, es de siempre y por los de siempre...
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