Acta notarial de absolución del Mayorazgo de Pedro González de Mendoza y Aldonza a favor de Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana
Desde que en 1373 El Vado dejara de pertencer a la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda, se convierte en un Señorío nobiliario conjuntamente con las aldeas de El Cardoso y El Colmenar de la Sierra, y sus villorrios dependientes. En esta época su primer dueño y Señor es D. Pedro González de Mendoza, que dió fama en Castilla a la familia de los Mendoza, originarios de Santander. Este avispado noble manejó sus influencias en la Corte Castellana para que a finales del siglo XIV esta familia, ya asentada en Guadalajara, fuera ganando poder y señoríos.
Su hijo D. Diego Hurtado de Mendoza, primer duque del Infantado, casado en primeras nupcias con Dña. María de Castilla, heredó estas aldeas, sin más pena ni gloria. Pero a su muerte las incluyó dentro del Mayorazgo de su hijo D. Íñigo López de Mendoza, el famoso Marqués de Santillana que construyó el castillo de Manzanares el Real. Precisamente a vueltas de las aldeas y señoríos que pertenecían a este Mayorazgo destinado al primogénito, es decir, la mayor parte de la herencia, el Marqués de Santillana mantuvo un litigio con su tia Aldonza.
A su muerte, las aldeas de El Cardoso, El Colmenar y El Vado, junto con Fresno de Torote, pasan a su séptimo hijo, D. Juan Hurtado de Mendoza y Figueroa, convirtiéndose de este modo, en 1458, en Señorío independiente.
Su hijo Íñigo López de Mendoza y Ribera hereda sólo las aldeas de El Cardoso, El Colmenar y El Vado, por lo que este miembro menor de la familia, se debió centrar especialmente en ellas. Estamos hacia el año 1510, época en la que El Vado consigue el título de Villa, y momento en el que se acometen obras de ampliación en la antigua iglesia de Santa María, ampliando el edificio con tres naves.
Su nieta Francisca de Mendoza, 3ª Señora de El Vado, al casarse con su primo Rodrigo de Mendoza, primer marqués de Montesclaros, une el Señorío a dicho Marquesado de Montesclaros que dió lugar a que estas tierras de El Cardoso, Colmenar y El Vado se denominen hasta la fecha finca de Montesclaros.
Desde entonces este título aparece junto al principal del Marquesado de Montesclaros, siendo uno de sus principales representantes D. Juan Manuel de Mendoza y Luna de Padilla, Virrey de Nueva España a principios del siglo XVII.
Precisamente a su muerte, el título pasa a su hija de corta edad, que muere en 1629, apenas un año después que su padre, y después a la tía de ésta, Dña. Francisca de Mendoza y Luna de Padilla, casada con D. Luis Fernández Portocarrero, por lo que el título de Marqués de Montesclaros y Señor de El Vado pasa después de estos, a la familia Portocarrero en 1639, asociado al título de Condes de Palma del Río.
En 1760, dicho título de Condes de Palma del Río pasa al Duque de Hijar, D. Pedro Alcántara Fadrique Fernández de Híjar. Desde entonces está asociado al Ducado de Hijar hasta la disolución del Antiguo Régimen, que podemos datar en El Vado hacia 1855, con la creación del Ayuntamiento Constitucional de El Vado.
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