Asociación Cultural Hijos de La Vereda

Bienvenidos a este blog sobre La Vereda, Matallana y El Vado, pueblos de la provincia castellana de Guadalajara.



Desde aquí podrás conocer aspectos de la geografía, historia, arquitectura popular y cultura tradicional de estos bellos pueblos de la Sierra de Guadalajara.


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viernes, 17 de diciembre de 2010

EL CANTAR DE SAN SILVESTRE

Dedicado a todos los que somos o procedemos de La Vereda, Matallana y El Vado, y a todos aquellos que ya no están con nosotros pero siguen en nuestro recuerdo


Esta noche es San Silvestre
último día del año
que entre damas y galanes
se repite el aguinaldo.
Y el aguinaldo pedimos
como pidió San José
la noche que nació Cristo
y en el portal de Belén.
Que entre damas y "judeas"
parida estaba la Virgen,
alumbrándola una estrella,
en el Portal de Belén
el día de Nochebuena,
palabras de amor tenía,
palabras de amor tuviese.
Y San José le decía,
cómo estás Virgen María,
bien estoy Santo José,
aunque no me hallo sin pena
en ver al Hijo de Dios
metido en tanta pobreza
que no tengo en que envolverlo,
no siendo un poco de hierba,
que la mula se la come
y el buey manso se la allega.
Asómate San José
qué dirán, qué ruido suena,
seré el Rey de los Cielos
que a por este niño venga.
Son los pastores, Señora,
que vienen desde lejito
a adorar al niño Dios
y al niño rechiquitito.
Quién ha llevado la nueva
que tan presto se ha sabido.
El Arcángel San Gabriel
ha llevado la embajada,
cómo de Dios, nazareno,
la Virgen quedó preñada.
Portales y dónde nace
resplandecen como el sol;
pañales que lo empañaban
la Virgen se los cortó;
fajero que lo enfajaba
era un rico ceñidor;
la cuna que lo mecía
eran las ruedas del sol;
la Dama que le criaba
le cantaba esta canción.
Reyes ha habido muy grandes
y Tú has de ser el mayor.
Bajarás a los infiernos
antes de que se ponga el sol,
sacarás a Adán y Eva
de la boca de un Dragón.
Allá "alante " habrá tres sillas,
sillas de grande valor,
te sentarás en la de enmedio
al par de Nuestro Señor.
Estas puertas son de pino
y el cerrojo es de latón,
y aquí vive un caballero
que está alumbrando al Señor.
Quién es aquel caballero
que está sentado en su silla,
será el señor Julián,
que por muchos años viva.
Quién es aquella señora
que está sentada a su lado,
será la "señá" María
que nos va a dar el aguinaldo.
El aguinaldo que nos dé,
dénosle con alegría,
que para subir al cielo,
la limosna es "grandesía".
Jesucristo se lo pague
y aquella Reina del Cielo.
Jesucristo Rey de Vida,
Aquel que nació en Belén,
que nos ha juntado aquí,
nos junte en la Gloria, Amén.

Recogido por Victoriano Lozano Mínguez a María Mínguez Esteban

jueves, 16 de diciembre de 2010

LA BOTARGA DE SAN SILVESTRE

Botarga de Valdenuño Fernández (Guadalajara)

La noche del 31 de diciembre, la noche de San Silvestre, es una noche muy especial para La Vereda. Esta noche salía "la botarga" o "el botarga". Este "botarga" es un personaje estrafalario común en estas tierras serranas de Guadalajara y que comparte afinidades con otros personajes parecidos de la tradición castellana.

Antes de la medianoche se juntaban los mozos en la llamada Casa del Llanete, frente a la espadaña de la Iglesia, para ver quién salía esa noche de botarga. Elegido el mozo, se vestía con una "saya" o falda vieja de mujer, una "chambra" o blusa de mujer y una careta en la cara tiznada previamente. Al cinturón, una ristra de grandes cencerros, y en la mano un garrote.

A las doce de la noche salía el botarga acompañado de los mozos, haciendo sonar estrepitósamente los cencerros, y con el sonido de un gran tambor comunal que se guardaba en la Casa de Villa.

Así preparados, se iba de ronda casa por casa, según el orden establecido en el pueblo, llamando a las puertas de las mismas con el garrote y entrando hasta la cocina a remover las brasas de la lumbre con él en busca de patatas asadas y para revolver la cocina. Los mozos que le acompañaban recogían entonces el aguinaldo, consistente en ristras de chorizo con forma de garrota, patatas, judías, trigo y centeno, que iban colocando en dos alforjas a propósito, una para el aguinaldo de los hombres, que se subastaba al día siguiente, y otra para el aguinaldo de los mozos, que lo guardaban los mozos para sus reuniones.

Si en la casa había mozas o niños, el botarga bailaba con ellos, cantando los niños: "Botarga la larga, cascaruleta, que más vale mi pelo que tu chaqueta". Si había mozos en la casa, estos invitaban a la ronda a torreznos, pastas y anís. Por último, toda la ronda cantaba, con el único son del tambor, el Cantar de San Silvestre aprendido de padres a hijos.

Al día siguiente, Año Nuevo. se juntaban todos los vecinos en la Casa de Villa a celebrar "almoneda", es decir, subastar los bienes recogidos la noche anterior en el aguinaldo de los hombres, siendo el beneficio para los gastos del Común, de toda la comunidad de vecinos del pueblo. Un baile con rondalla y vino para los mayores eran el broche final de la fiesta.

NAVIDAD Y REYES

La celebración de la Navidad en estos pueblos era sencilla pero no dejaba de ser una época festiva. La fiesta se concentraba en la Nochebuena, con una cena austera en familia, y un gran baile con la rondalla de guitarreros, percusión casera, y alguna bandurria y laúd en la Casa de Villa, con vino y anís para los adultos.
Lejos quedan ya las celebraciones religiosas de la Misa del Gallo en la Iglesia de El Vado, que tras la Guerra Civil de 1936 prácticamente no volvieron a repetirse por falta de un sacerdote residente en la Parroquia.
El día de Navidad se dedicaba a "hacendera" de caminos, en la que los hombres reparaban el estado de los caminos que estuvieran en mal estado, sobre todo en esta época de nieves y hielos. Durante siglos pasados este día se celebraba la solemne Pascua de Navidad con el oficio religioso y el convite por parte del Concejo a vino para todos los vecinos, así como la presencia de un tamborilero (y suponemos que algún dulzainero acompañante) en toda la fiesta.
El día de San Silvestre, Nochevieja, tenía lugar la Botarga, objeto de una próxima entrada.
Por último el día de Reyes se reunían en la Casa de Villa todos los vecinos, en "Junta", en Concejo abierto para la elección de dos cargos del ayuntamiento "popular" que regiría la vida comunal de los vecinos del siguiente año: el "perito" y el "alguacil". Esta elección rememora la antiquísima tradición de la elección de alcaldes, regidores y diversos cargos municipales dentro de los antiguos Concejos que desaparecieron en el siglo XIX. Así, según se indica en los Libros Municipales de los siglos XVI y XVII, durante estos primeros días del año, podía ser el 1 de enero o el día de Reyes, se celebraba dicha elección, indicándose posteriormente al Señor de la Villa las personas elegidas. Fiel reflejo de este funcionamiento es el acta del "1 de enero de 1589 en el que se eligieron alcaldes, regidores, alcaldes de la Santa Hermandad, fiel de Matallana, almotacén (persona encargada de comprobar pesas y medidas", apreciadores y repartidores, en El Vado, La Vereda y Matallana".

jueves, 9 de diciembre de 2010

LAS ERAS DE LA CARRASCA




En la vertiente este de la ladera en la que se asienta La Vereda, se encuentran las Eras de la Carrasca, un conjunto de eras que empiezan frente a la Escuela con los Olmos de las Eras y que acaban encima del Pedazo, en La Carrasca. Formadas igualmente a "pico" en la propia roca y con cuidados empedrados que han ido poco a poco deteriorándose, fueron sin duda las eras más antiguas de La Vereda.

Aquí se muestran unas fotos valiosísimas de la tarea fatigosa de la trilla con mulas en dichas eras, realizadas sobre los años 1960 por la familia Lozano Mínguez.

EL CORRAL VIEJO Y EL CORRAL DE LA MESTA


Situados cerca del Cruzado de los Caminos, en el camino que conduce desde La Vereda a Matallana, en el Robledo, el Corral Viejo y el Corral de la Mesta nos recuerdan el origen pastoril de estas poblaciones.
Ya en 1589 aparece en el Libro de Cuentas del Concejo el gasto que se hizo con "el Alcalde de la Mesta". Hay que recordar que la Mesta es la asociación de ganaderos de Castilla que regulaba la transhumancia de ganado entre los pastos de invierno y verano. También en ese año se anotaba el gasto del "repartimiento de la Puente de Montalbán". Uno de los impuestos que existían era el pago por el paso de puentes y puertas de ciudades, lo que refleja uno de los pasos hacia el sur de los ganados de los vecinos de El Vado, La Vereda y Matallana.
En 1600 se anota el gasto del "vino a la Mesta el día de San Bernabé". Como curiosidad este día de San Bernabé se realizaba el esquileo en La Vereda, comiéndose ese día las lenguas de los cochinos conservadas de la matanza del año anterior. En 1633 se anota el "gasto del vino en el Corral de la Mesta", así como el gasto de "Francisco Mata el Viejo, del camino y del letrado de la defensa de ser hermanos de Mesta"

CALLE DE ORIENTE EN LA VEREDA




Continuando el Camino de El Vado que cruza el Pedazo entre centenarias encinas y viejos olivos, se llega a la calle de Oriente. Como su nombre indica su orientación se dirige hacia la salida del sol, en una empinada cuesta hasta la Plaza de su mismo nombre. En el Amillaramiento de Catastro de 1863 esta calle se denominaba del Seto, nombre del que desconocemos su origen; pero ya en el Catastro de 1921 aparece denominada como de Oriente.
En el plano de 1895 se muestra la misma configuración que tiene hoy en día, con sus callejones laterales.

martes, 7 de diciembre de 2010

NTRA. SRA. DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

La ermita de La Vereda está dedicada desde el siglo XVII a Ntra. Sra. de la Concepción. Anteriormente estaba dedicada a San Bartolomé, probablemente debido a sus repobladores sepulvedanos. Según los libros de cuentas de la Ermita, en 1611 todavía estaba dedicada a San Bartolomé, constando ya en 1752, en el Catastro de la Ensenada, la nueva dedicación. Igualmente se muestra ya consolidada la nueva Cofradía, con diversas posesiones y censos, lo que hace retroceder hasta ese siglo XVII el cambio.
En 1622, en los Libros de Cuentas municipales, consta un gasto "del día que se llevó a Nuestra Señora a La Vereda". Este apunte, que va unido a diversas rogativas que se hicieron ese año "a la Madre de Dios a pedir agua", hace posible suponer que fue alrededor de este año el cambio de advocación. Hay que indicar además que en estos años aumenta dicha devoción en España, reflejada en el voto que hacen las Cortes de Castilla a favor de la Inmaculada Concepción en 1621, y las bulas sancionadas en 1622 por el Papa Gregorio XV y en 1661 por el Papa Alejandro VII.
El 4 de diciembre de 1759 se obtiene licencia del Arzobispado de Toledo para "ensanchar, ampliar y embovedar la ermita" y "para bendecirla y realizar el Sacrificio de la Santa Misa". Durante los siglos XVIII y XIX se registran inventarios sobre los bienes de la ermita, siempre con la imagen de la Inmaculada en su altar mayor, entronizada en un retablo dorado.
Posiblemente esta primitiva imagen sería la que fue destruída en la Guerra Civil de 1936 por tropas republicanas, que la fusilaron en las Eras situadas tras la Casa de los Balcones, siendo repuesta su imagen tras finalizar la contienda con una escultura en pasta de madera, y trasladada en su momento a la iglesia de Campillo de Ranas con la expropiación forzosa de La Vereda y Matallana.
El 24 de junio de 2007 fue de nuevo abierta al culto la Iglesia por el sacerdote y párroco D. David Layna Calzadilla, bajo una imagen de la Virgen Milagrosa donada por el Obispado de Sigüenza Guadalajara, a la espera de poder contar con una nueva imagen de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de María, patrona de La Vereda.

sábado, 27 de noviembre de 2010

FUENTES EN EL VADO, LA VEREDA Y MATALLANA

FUENTE DE EL VADO
LA FUENTE, LA VEREDA
EL POZO, LA VEREDA
EL PILÓN, LA VEREDA

FUENTE DE MATALLANA

Entre las numerosas fuentes que aparecen en la geografía de estas tierras, sobresalen las fuentes situadas en los cascos urbanos. Signo de poblamiento, constituyen un pequeño ejemplo de arquitectura popular.
En El Vado todavía subsiste, a pesar del abandono, la Fuente de El Vado, enmarcada en un precioso arco de medio punto realizado mediante lajas de pizarra. Hoy en día se encuentra llena de maleza y arbolado, junto al camino que sube desde los Huertos de El Vado. En 1622 se denominaba la Fuente Grande.
En La Vereda se encuentran la Fuente, bajo la Iglesia y la Casa de Villa: una poza excavada en la roca en la que mana el agua, protegida por un pequeño casetón de pizarra que se cubre con una gran laja de pizarra que cuenta con dibujos tallados con hacha en su parte superior. Lástima que habitualmente esté cubierta de vegetación. En el Barrio de Arriba está el Pozo, con un esquema parecido, pero con un canal de desagüe de mayor tamaño. A esta fuente se preparó, por los vecinos hacia 1960, la conducción de agua desde la Fuente del Espino, como a dos kilómetros del pueblo, conducción que fue terminada después de ejecutada la expropiación forzosa. Por último, aunque no se encuentre propiamente en el casco urbano, hay que hablar del Pilón: una gran poza que se encuentra bajo la Rezuela, en el Barranco de Roblemarina, que cuenta con poyetes tallados en el lateral ya que era donde las mujeres acudían a lavar la ropa. En especial, se dice que en invierno, el agua de esta fuente salía templada, por lo que se iba sobre todo en esta época del año a ella. Ahora se encuentra totalmente encenagada de tierra y vegetación, a pesar de lo cual, todavía se ve un pequeño caño metálico.
En Matallana la Fuente se encuentra al final de la calle de San Juan, al pie de un murete de pizarra de cierta longitud, con un pequeño pilón.

FUENTE DE LOS PORTUGUESES

Un hecho curioso que refleja la toponimia es la existencia de la llamada Fuente de los Portugueses. Situada cerca del camino de La Vereda a Matallana, pasado el Cruzado de los Caminos y cerca de El Robledo, no se sabe el porqué de su nombre.
En el Catastro de Ensenada de 1752 aparecen diversos propietarios de fincas de secano que se encuentran en dicho paraje: Francisco Sanz y Antonia Alonso; Marcos Mínguez y Francisca Alonso, de La Vereda; Esteban García y Juana Herranz, de Matallana
Y si parece extraño encontrarnos este topónimo que aún hoy en día se conserva, en el mismo Catastro de 1752 aparece el nombre de Casa de Marilipe. Un nombre de origen portugués, del cual desconocemos su localización y su origen. En dicho Catastro, Juan y Juana Herranz; Juan Navarro y Juana García; Francisco Esteban y Josefa Serrano, todos ellos de Matallana, contaban con prados de secano en este paraje. Por ello cabe deducir que se encontraba en un lugar cercano a Matallana.

EL ARROYO VALLOSERA

ARROYO VALLOSERA JUNTO AL ARROYO EL TEJOSO Y EL PAJAREJO

PRESA DEL MOLINO

RECORVO DE LAS PILAS DE LAS COVACHAS

PEÑA BANDORIA

El arroyo Vallosera, afluente del río Jarama, nace en el Pinhierro, término de La Vihuela, aunque discurre prácticamente en su totalidad por La Vereda. Por este motivo, el Concejo de El Vado arrendaba la pesca de este arroyo, según los datos recogidos en sus Libros de Cuentas desde el s. XVI.
Tiene una longitud total de 7850 m y recibe en La Vihuela las aguas de los arroyos del Pinhierro, del Acirate, de la Garganta, del Horcajuela y del Pedregosa. Ya en La Vereda, tiene como afluentes los arroyos del Pajarejo, del Tejosos, de las Cabañas, del Collado, del Arroyo Abajo, del Cerezo, de los Nogales o Sierra Elvira y del arroyo del Cabecito.
Todo su cauce discurre en un profundo desfiladero, entre peñas, tales como el Recorvo de las Pilas de las Covachas, la Pozalloso, o la Peña Bandoria, ya muy cerca de Santa María del Vado, donde desemboca actualmente en el Pantano del Vado sobre el Jarama.
Tiene varios pontones en su trayecto, como son el Pontón del Vellío, el de la Tejuela, el Pontón de las Cortes, junto al Arroyo Abajo, el Puente de La Vereda junto al arroyo de los Nogales, y el Pontón de la Rezuela.
Su nombre se traduce como "valle de los osos", siendo su referencia escrita más antigua la cacería que se describe en el "Libro de Montería del rey Alfonso XI" (1311-1350), donde aparece como la "Foz de Val Osera". En los libros de Cuentas municipales aparece desde 1588 el arrendamiento de su pesca como ingreso habitual.

LOS PUENTES DE EL VADO, LA VEREDA Y MATALLANA

PUENTE DE EL VADO, RÍO JARAMA
PUENTE DE LA VEREDA, ARROYO VALLOSERA

PUENTE DE MATALLANA, RÍO JARAMA
Rodeados como estan de ríos y arroyos, no podían faltar en estos pueblos los puentes. Puentes como el de El Vado sobre el río Jarama que configuraron la propia existencia del municipio como paso obligado de los rebaños transhumantes de ovejas desde el norte hacia el sur de Castilla, y de la propia comunicación de las personas.
En los Libros de Cuentas municipales conservados del siglo XVI y XVII, aparece ya en 1590 un gasto en "hacer pared y arreglos de la puente". Actualmente el puente que se conserva bajo las aguas, y que se puede todavía ver cuando baja el Pantano, es una viga de hormigón prefabricado, posiblemente colocada en los años 1940-195o, colocada sobre tres pilones o bases realizadas con mampostería de pizarra y cantería de piedra en las esquinas, formando dos vanos. Sin más datos para contrastar, se puede suponer que durante la realización del Pantano se colocara esta viga para facilitar el paso de vehículos pesados para realizar trabajos diversos en El Vado, manteniendo las bases de piedra y eliminando los tableros o bases horizontales del puente. Esto nos hace preguntar de qué modo estaría rematado el puente, mediante dos arcos o mediante tableros horizontales. Si se puede decir que durante los siglos XVI y XVII aparecen diversas reparaciones de "la calicanto de la puente de El Vado" o de "entablar la puente", 1598-1600. Esto hace suponer que en esta época estaría realizado al modo tradicional de las puentes de estos pueblos, con bases de mampostería en los márgenes y entablado de madera como paso entre ambas. En 1611 se indica un gasto en "vino en aderezar la puente" y "del vino cuando se embarandonó la puente, de hacer la madera", es decir de ponerle barandilla al puente.
Los puentes o las puentes de La Vereda y de Matallana, sobre el arroyo Vallosera y el río Jarama respectivamente, se configuran del mismo modo: dos grandes bases o pilones de mampostería de pizarra, con entablado de vigas y tablas de madera como pasos. Sin embargo se diferencian en la situación de los mismos, un vado en el caso de La Vereda, y un espectacular cortado el de Matallana. Esto hace que el puente de Matallana resulte una obra realmente importante, con dos grandes bases realizadas en pizarra a una altura muy elevada respecto del río. Unas bases de pizarra situadas apenas unos metros más abajo del actual, hace suponer la existencia de un puente anterior en este otro punto del río.
Los dos puentes han sido reforzados, el de La Vereda hacia 198o, colocando unas vigas metálicas bajo el entablado de madera, y el de Matallana recientemente, colocando sobre la antigua estructura de madera muy deteriorada, una estructura metálica con barandilla y petos de mampostería en los extremos.
La puente de La Vereda ya aparece reflejada en 1602, con el gasto "de vino de aderezar la Puente de Ballosera", mientras que el de Matallana aparece ya en 1594.

viernes, 26 de noviembre de 2010

LAS ERAS DE LAS SALEGAS, EN LA VEREDA




MÁQUINA DE "ALVELAR"


En lo más alto del Barrio de Arriba están situadas las Eras de las Salegas, lugar donde se realizaba la "trilla", separar el trigo de la gavilla, y se "alvelaba", es decir se separaba el trigo de la paja. Las Salegas se denomina esta zona de La Vereda, la más elevada, en la que se daba la sal al ganado.

Lugar excelente como mirador hacia el Pico de la Tornera y de La Cerrada, del Arroyo Abajo, La Umbrihuela, La Cabezuela, El Pajarejo, y la Arrén de los Cerezos. Unas eras de forma redondeada que se van sucediendo en sucesivas terrazas, niveladas a base "de pico" y de preciosos empedrados, rematadas mediante lajas superpuestas para que no se cayera nada de una a otra, y que eran propiedad de los vecinos, teniendo "parte" en ellas por lazos familiares.
Por último, una imagen de "modernidad", una máquina de alvelar que fue traída penosamente hacia 1950, encima de mulas, por el estrecho camino construido por los vecinos desde la Presa de El Vado. Había dos en La Vereda, compradas por varias familias para aligerar el trabajo. Ahora se han convertido en herrumbrosas "esculturas" en medio de la naturaleza.

EL VIEJO OLMO DE LA VEREDA



EL OLMO SECO

Uno de los elementos de la cultura tradicional de La Vereda y de su patrimonio natural que se ha perdido en estos años, ha sido la presencia del viejo olmo centenario que se encontraba frente al portalillo de la Iglesia, en el llamado Juego de Bolos.
Este olmo, como tantos otros en Castilla, servía de marco para festivas reuniones de los vecinos de La Vereda. Costumbres perdidas hace tiempo, y que sólo recuerdan los más viejos del lugar que hacían sus padres, como era el juego de los bolos castellanos, que aún perdura en pueblos cercanos y en la toponimia de esta callejuela. Y otras costumbres como la subasta bajo sus ramas de "El Ramo de San Pedro", adornado con rosquillas de baño y cerezas, que durante la fiesta de San Pedro se efectúa todavía hoy en día, aunque en otro lugar.
La grafiosis, enfermedad muy agresiva, que afectó a los olmos en España, hizo que se secará en los años 80-90 del pasado siglo, al igual que los Olmos de las Eras. Y aunque ya no se reconoce el lugar donde se encontraba dicho árbol, hay motivos para la esperanza: pequeños retoños están ya crecidos muy cerca de dónde se encontraba. Esperemos que crezcan sin impedimentos y vuelva a celebrarse dentro de poco tiempo la subasta de El Ramo, de nuevo bajo las ramas de un olmo castellano.

LAS ESCUELAS, EN LA VEREDA


1973

Las Escuelas están situadas en el gran espacio abierto de los Olmos de las Eras, antes de llegar al Hondón de los Pajares y Las Cortes. Del enorme edificio que fue Escuela y Casa de la Maestra, sólo nos queda hoy día parte de los muros, tras un incendio que la destruyó hace unas décadas.
Por las escasas fotos que nos quedan, era un gran edificio, con dos partes diferenciadas, una gran sala dedicada a Escuela, con sus bancos y pupitres, y la Casa de la Maestra, en la que residía el profesor encargado de dar instrucción a los niños de estos pueblos.
La Escuela de La Vereda se construyó en la década de los años 40 del pasado siglo, tras la Guerra Civil, ya que anteriormente los niños acudían a El Vado donde estaba la Escuela entonces. Una Escuela que en 1861 contaba como maestro a Félix Borlax, y que contaba con un sueldo anual de 515 reales según datos del Boletín del Ministerio de Fomento.

LA CASA DEL SECRETARIO, EN LA VEREDA


INSCRIPCIÓN EN LA CASA DEL SECRETARIO O DEL PUEBLO

La Casa del Secretario, o del Pueblo según reza en la inscripción de su fachada principal, se edificó hacia 1950 como residencia de este funcionario municipal, encargado de gestionar en estos pequeños pueblos todo el funcionamiento del Ayuntamiento. La casa se reedificó cuando el Ayuntamiento pasó de El Vado a La Vereda, utilizándose en su construcción elementos y piezas de los edificios municipales de El Vado (como es el caso de la escalera), realizándose sólo por los vecinos de La Vereda, según se indica en la inscripción antes referida. Hay que indicar que desaparecido El Vado, el Estado consideró oportuno adjudicar la capitalidad del Ayuntamiento, mientras que a Matallana pasó la titularidad de la Parroquia de Sta. María la Blanca, aunque parece ser que hubo en estos puntos desavenencias entre los vecinos de una y otra aldea.
Consta de planta baja con un espacioso portal que comunica con el huerto del fondo, sala y alcoba, sala y cocina. La escalera del portal nos conduce a una espaciosa "cámara" o "cámbara" bajo la cubierta del edificio.
Edificado sobre un edificio anterior, se caracteriza por las ventanas de gran tamaño de su fachada principal, según las características de la arquitectura tradicional de la zona, lo que nos indica de lo reciente de su construcción.

EL CENSO DE LOS MILLONES Y VECINDARIO DE CASTILLA 1591

En 1591 se realizó el Censo de los millones, un censo que recogía los vecinos pecheros de cada lugar, es decir, de los contribuyentes, para aplicar el llamado Impuesto de los millones, aplicable a la alimentación y que fue aprobado por Felipe II en 1590. Está custodiado en el Archivo General de Simancas, y fue recopilado por Tomás González en el siglo XIX, siendo publicado por la Imprenta Real en 1829. Es la fuente más fiable de la demografía española del siglo XVI.
En este censo aparecen los vecinos pecheros de El Vado, La Vereda y Matallana formando un subgrupo junto con Cardoso de la Sierra, Balconete y La Vihuela, dentro de la Tierra de Colmenar de la Sierra y su tierra, y otros lugares.
El Vado tenía 23 vecinos, siendo uno de ellos el sacerdote, La Vereda contaba con 25 y Matallana con 16. Esta cuantía y distribución de vecinos se mantiene práctiacamente igual en el Catastro del Marqués de la Ensenada de 1752, siendo siempre La Vereda la que cuenta con mayor población. Hay que tener en cuenta que el término "vecino" agrupa los miembros de una familia contribuyente, y que se puede dar un término medio de 4 personas por vecino. Lo que daría una población total de 250 personas en el año 1591.

LA CALLE DE SAN JUAN, EN MATALLANA



Matallana se encuentra situado en el borde de un extenso llano, el Llano de Arriba, junto al río Jarama. Se configura en dos núcleos bien diferenciados: el Barrio de Arriba, situado al oeste en una peña y que en el Catastro de Ensenada de 1752 era denominado la "Aldea de Arriba de Matallana", y la calle de San Juan, una larga calle que discurre junto al barranco del río Jarama, y que separa mediante un cercado de piedra un encinar con prados y pastos, de una hilera de casas que van desde la Fuente en el extremo este, a la Iglesia de San Juan, en el otro extremo.
La larga calle está compuesta de una acera empedrada, sobreelevada del resto de la calzada, sobre el terreno natural pétreo, bajo una fila de hermosos y ancianos robles y encinas.
La Iglesia de San Juan se sitúa en un punto intermedio entre el Barrio de Arriba y la calle de San Juan, formando un conjunto disperso, y que actualmente, con una serie de incendios y los derrumbes propios del paso del tiempo, está en franco deterioror.


"EL PEDAZO" DE LA VEREDA

VISTA AEREA DE "EL PEDAZO" O "PIAZO CHICO"

Vista La Vereda desde arriba, sorprende el descubrir un casi perfecto rectángulo verde situado al este de La Vereda, rodeado de centenarias encinas. Es el llamado "Piazo Chico" o "El Pedazo". Conformado en una suave pendiente desde el Prado de las Eras, era un lugar dedicado a huertos y prados. El Prado de los Guindos o el de los Perales, se sitúan junto a él, separados por el camino que procede de El Vado, entre grandes encinas y olivos ,que al llegar al pueblo se divide entre la Cuesta del Moral y la Calle de Oriente, antes del Seto.
Este nombre de El Pedazo ya aparece recogido en el Catastro del Marqués de la Ensenada en 1752. Los vecinos de La Vereda en este Catastro lo denominan "El Piazo Chico", como Francisco o "Pedazo Chico", como Bernardo Alonso (1752), mientras que los vecinos de El Vado que tienen propiedades aquí, lo llaman "El Pedazo de La Vereda", ampliando el término incluso a "la Peña del Casar del Pedazo de La Vereda", como es el caso de Blas Martín (1752).
El nombre puede deberse al especial caracter de la repoblación castellana, en la que el Concejo adjudicaba y repartía las tierras entre los vecinos, reservando tierras comunales. Este "Pedazo de La Vereda", al igual que El Llano de Arriba de Matallana, pudieran ser tierras cercanas a los pueblos, adjudicadas a los vecinos de cada aldea.

EL CATASTRO DEL MARQUÉS DE LA ENSENADA 1752

Desde 1749, a propuesta de el Marqués de la Ensenada como ministro de Fernando VI, se realizó en la Corona de Castilla un exhaustivo censo que es conocido actualmente como el Catastro del Marqués de la Ensenada. En él se recogen propiedades y rentas de todos los vecinos de más de 15000 lugares, indicando relaciones de familia, descripción de fincas, topónimos, etc.
En El Vado dicho censo se realizó en 1752, contestando a un Interrogatorio general a todos los lugares, y recogiéndose los datos de las propiedades existentes el El Vado y sus barrios. Es una fuente primordial para conocer la situación de estos pueblos en esta época.
Con los datos recogidos, El Vado contaba con 72 habitantes, La Vereda con 115 y Matallana con 73 habitantes. El Concejo de El Vado estaba compuesto por los Alcaldes ordinarios, Juan Nabarro y Francisco Durán; el Procurador y Síndico General y Señorial, Juan Iruela el mayor; los Regidores, Juan Moreno y Juan de Santa María Mendoza, que también eran Síndicos de número y ayuntamiento junto con Francisco Portillo.
El Concejo contaba con Casa capitular, Casa del cirujano y fragua, siendo Phelipe Aranda el cirujano y Cristobal Ollero, el sangrador.
El Cura Párroco era Fernando de Puebla, que contaba con el Beneficio de la Parroquia (las rentas de las tierras propiedad de la Parroquia), aunque la mitad de las Tercias Reales estaban cedidas a los curas de Uceda por la memoria fundada por Juan II de Castilla en la Parroquial de Nra. Sra. de Barga. El sacristán era Eladio Toquero, también Síndico Fiel de Fechos.
Existían la Cofradía de las Ánimas, la Cofradía de la Ermita de San Juan en Matallana, la Cofradía de la Ermita de Ntra. Sra. de la Concepción en La Vereda, Cofradía de Ntra. Sra. de la Blanca, Mayordomos de Ntra. Sra. del Rosario y el Cabildo del Santísimo Sacramento.
El Cardenal Portocarrero era el Marqués de Montesclaros y Señor de El Vado, que contaba con las alcábalas, penas de cámara, diezmos (que eran para el Monasterio de El Paular en Madrid), y el derecho al nombramiento de Justicia. No tenía propiedades como tal en el Concejo.

FRANCISCO SANZ, NOTARIO EN MATALLANA 1592-1593



Una de las curiosidades que nos depara la historia de estos pueblos es la existencia de un notario en Matallana que ejerció durante los años 1592 y 1593.
Francisco Sanz, que así se llamaba, dispuso en esos años los testamentos, inventarios y disposiciones de los vecinos de El Vado, La Vereda y Matallana, como consta en los protocolos notariales conservados en el Archivo Histórico Provincial de Guadalajara. Destacan los testamentos y los testimonios de los albaceas de huérfanos menores de edad, en los que se indican las cuentas de los bienes que poseían y su buena administración.

LA VEREDA DESDE EL AIRE

VISTA AEREA

PLANO DE LA VEREDA 1895

Vista desde el aire, La Vereda se divisa en la falda de una colina, Las Mesas, abarcando dos pequeñas lomas que se asoman abruptamente sobre el escarpado desfiladero por el que discurre el arroyo Vallosera.
El núcleo principal aparece hacia el este, en torno a la Plaza de Oriente, abriéndose en el pequeño llano hacia el precipicio con el Hondón de los Pajares, Las Cortes y las Eras de la Carrasca. Los prados y huertos denominados El Piazo o El Pedazo, se distinguen por formar un rectángulo casi perfecto junto a un espeso encinar. En este núcleo se sitúan la Casa de Villa y las Escuelas junto a los Olmos de las Eras, la Casa del Secretario en la Plaza de Oriente, la Fuente y la Iglesia de Ntra. Sra. de la Concepción en el Llanete, junto al Juego de Bolos.
Separando este conjunto y el Barrio de Arriba se encuentra la Calleja, por el que continuaba el Camino hasta Matallana, los Huertos de las Pizuelas (pequeñas pozas de agua), y las Arrenes de la Virgen, cercados dedicados a pastos para forraje.
El Barrio de Arriba se eleva en abruptas peñas hasta las Eras de las Salegas (sitio donde se echaba sal al ganado), formando un espectacular conjunto de terrazas con vistas a la Tornera.
El plano de 1895 muestra como se ha mantenido la configuración urbana, aunque aparecen edificados diversos solares con edificaciones derruídas actualmente, tanto en el Barrio de Arriba junto a la Casa de los Balcones como en torno a la Calleja.

sábado, 20 de noviembre de 2010

LA EXPROPIACIÓN FORZOSA DE LA VEREDA EN 1971







Terminada la construcción de la Presa de El Vado en 1954, llegan malos tiempos para La Vereda y Matallana, anegado ya El Vado. Desde ese momento, se corta la carretera que unía directamente estos pueblos con Tamajón, a través del Puente de El Vado. El Estado, hecha la Presa, no realiza una carretera alternativa, con lo que estos pueblos quedan aislados, sin accesos ni ningún tipo de servicios. Tienen que ser los propios vecinos los que realicen penosamente una senda o camino de herradura por la que tardan unas cuatro horas en llegar hasta Tamajón.
En 1971 el Instituto para la Conservación de la Naturaleza, ICONA, ejecuta la expropiación forzosa de todo el término municipal de La Vereda, con el interés público de la realización de trabajos hidrológico forestales en la zona. En 1972 la última familia que quedaba en La Vereda abandona su casa.
Casualmente, apenas dos años después, el Estado realiza la pista forestal que facilita el acceso rodado a La Vereda, y algún tiempo después formaliza la concesión de uso y disfrute de los edificios de La Vereda y Matallana a una serie de personas físicas ajenas a dichos pueblos.

LA ERMITA PERDIDA DE SAN SEBASTIÁN, EN EL VADO


En el Inventario de la Iglesia de Santa María del Vado de 1490 se indica la existencia de un "frontal, o paño de altar, de guadamecí, viejo, que está en la ermita de San Sebastián". Es la primera de las numerosas referencias que a lo largo de los Libros de Cuentas Parroquiales y Municipales de El Vado se hacen de una ermita dedicada a San Sebastián.
Unos años después, en 1528 y en 1560, se indica de la existencia dentro de la Iglesia de Santa María, de un altar de San Sebastián; pero es en 1576 cuando el Obispo, en una de las visitas pastorales, ordena que "teniendo conocimiento de que la ermita del Señor San Sebastián no está cerrada ni decente, se manda al mayordomo poner cerradura en las puertas".
Parece ser que en esa época la referida ermita estaba ya abandonada, pasando su culto a un altar colateral en la Iglesia de Santa María, aunque existen intentos por parte de los vecinos de seguir con su reparación, lo que consta en los Libros Municipales en 1593, con unos gastos en "aderezar la ermita de San Sebastian", igual que en 1603 y 1618-1619, en el que se colocó un banco de obra, se hizo un "gasto en vino de cuando se aderezó la ermita de San Sebastián", "gasto de vino de tejar la ermita de San Sebastián", y "gasto de jabelgar la casa de San Sebastián y aderezarla del todo".
Después de esa fecha, no vuelve a mencionarse la referida ermita, lo que da lugar a dos suposiciones sobre su situación:
La más factible sería que dicha ermita fuera la que actualmente se denomina de la "Majailla", la ermita de Ntra. Sra. de las Angustias, cuyas ruinas todavía hoy en día se ven a la orilla del camino, en las afueras de El Vado. Esta suposición se ve reforzada ante la descripción de la reconstrucción de dicha ermita en 1757, "cerca de una ermita anterior".
Pero un topónimo que todavía existe hoy en día al norte de El Vado, nos lleva a la segunda suposición. Junto al arroyo de la Umbría aparece el llamado Barranco de El Santo Bueno. Un nombre singular para un barranco que se sitúa además cerca del sitio denominado El Casucho. ¿Estaría la antigua ermita de San Sebastián junto a este Barranco de El Santo Bueno, camino de la Iglesia de Matallana?
Por ahora, no tenemos respuesta.